Entrevista
Emilio Sáez, presidente de Feacem (Federación Empresarial Española de Asociaciones de Centros Especiales de Empleo)
“Ha llegado el momento de modernizar este sector y modernizar no quiere decir perder derechos”
01/05/2015
Beatriz Sancho/Blanca Abella - Fotos: Jorge Villa
Si se unieran en una única empresa todos los CEE, estarían en el Ibex 35, formarían una de las mayores empresas del país, asegura Emilio Sáez. Los CEE son un sector generador de riqueza y está demostrado, son empresas como tal, pero con una discriminación positiva hacia las personas con discapacidad. Hoy en día el modelo se ha quedado obsoleto y necesita ser modernizado, necesita, sobre todo, una nueva ley de empleo para personas con discapacidad.
En la búsqueda actual del sector al que usted representa de un “modelo de futuro común”, ¿cuál es el camino para que los CEE sean referentes ante la Administración Pública y la sociedad?
El modelo que España eligió hace más de 20 años para integrar laboralmente a las personas con discapacidad, aparte de su integración en el mercado ordinario que necesita la predisposición de las empresas ordinarias, era el empleo protegido mediante los CEE. En sus inicios fue una alternativa que pretendía que aquellas personas con difícil inserción en el mercado ordinario pudieran trabajar. Desde aquella época hasta hoy han pasado muchas cosas. Tenemos un sistema, un modelo, quizás obsoleto y que necesita mejoras y una mayor afinidad con la realidad social actual. Ha cambiado el modelo de lo que eran las empresas de inserción social, tanto las empresas de la economía social como CEE, porque a fecha de hoy son empresas como tal y lo único que tienen es una cierta discriminación positiva para integrar a las personas con discapacidad.
En estos momentos estamos hablando de más de 65.000 personas con discapacidad en los 2.000 CEE aproximados que hay en nuestro país. Nosotros, como Feacem, como patronal de los CEE de iniciativa social, siendo un tercio del total de los CEE que hay, damos trabajo a casi el 50% de las personas con discapacidad que están integradas, 34.000 trabajadores están en estos CEE. Eso demuestra nuestra implicación. Los CEE hoy son probablemente el único sector que desde 2007 no solo no ha perdido empleo sino que ha creado empleo. Hubo una época en la que grandes y medianas empresas españolas externalizaron sus líneas de producción a países como China, India, etc., hoy día, esas empresas se están planteando volver porque ya no son tan competitivas en esos países. Por lo tanto, lo que decimos es que esas empresas se alineen en colaboración con los CEE porque podemos ser esa herramienta que les permitiese seguir siendo competitivos mediante la externalización de sus productos manufacturados. Pero aparte, en estos más de 20 años hemos notado que hay una dispersión de criterios a la hora de aplicar la norma en las comunidades autónomas, por ejemplo nos encontramos con situaciones donde CEE de una comunidad determinada van al día en todas sus obligaciones, y eso es de aplaudir porque esto es complicado, y hay otras comunidades autónomas donde hay unos desfases y unos desajustes muy importantes.
Esa es una de las realidades que se ponen de manifiesto a menudo en los encuentros del sector, donde se destaca la evidencia de que se han producido 17 modelos de CEE –uno en cada comunidad autónoma- y que se ha producido incluso la ruptura del modelo estatal. ¿Nos los explica?
Coincide con la realidad de España, con los 17 modelos de autonomías en los que cada uno aplica unos criterios. Nosotros lo que decimos es que debe haber un único modelo, aplicable y ejecutable en todas las comunidades autónomas, en tiempo y forma, y que no es de recibo que haya unos retrasos tan significativos como los que hay a la hora de recibir las subvenciones, a la hora de recibir la financiación… había financiaciones que estaban aseguradas, como era la inversión para mejorar la calidad y la competitividad, desarrollar estrategias de I+D+i en nuestras empresas, y eso ha desaparecido, nos quedamos en la gran mayoría de las comunidades autónomas solo con lo que es el Salario Mínimo Interprofesional y la cotización a la seguridad social y eso a nosotros nos perjudica en exceso.
Otros colectivos sociales han generado en los últimos 20 años un crecimiento importante y sin embargo nuestro colectivo no lo ha visto desarrollado de esa manera. Por lo tanto, exigimos y solicitamos esa colaboración mutua de la Administración, el sector empresarial y los CEE para que así sea.
En la II Conferencia FEACEM ‘Los centros especiales de Empleo de la economía social: El valor del emprendimiento social’ se habló de la necesidad de garantizar la unidad de mercado y eliminar barreras. ¿Qué quiere decir?
Ah0ra mismo, la propia ley, aprobada recientemente, de unidad de mercado, te dice que cualquier empresa puede trabajar en todo el territorio nacional, sin embargo cuando se trata de una empresa calificada como CEE tiene dificultades, porque si no está calificada en esa comunidad autónoma, tiene problemas para poder trabajar en esa comunidad. Nosotros creemos que sí se tiene que controlar por parte de las comunidades autónomas todo lo que tenga que ver con la financiación, pago de subvenciones y tal, pero lo que es el tránsito para poder trabajar en cualquier zona de España, por la propia ley de unidad de mercado deberían permitirte trabajar. Otra cosa es la percepción o no de subvenciones, y para eso sí tienes que estar dentro de la comunidad autónoma y tiene que ser ella la que te autorice eso. Eso limita el desarrollo de las empresas cuando quieres salirte del espacio autonómico.
Por otro lado, la ley que se sacó en su día, el decreto de medidas alternativas se ha devaluado y se ha hecho un uso éticamente no responsable. Nosotros no compartimos que una empresa multinacional o gran empresa, para cumplir la obligación de contratar a un dos por ciento de trabajadores con discapacidad, cree un CEE y se genere medidas alternativas propias entre el CEE y la empresa. Si una gran empresa se dedica, por ejemplo, a la limpieza y tiene 12.000 trabajadores, no es normal que tenga 2.000 trabajadores en limpieza en un CEE, debería tenerlo en su empresa ordinaria, integrados en la empresa. Creemos que se tiene que corregir, no compartimos ese uso de las medidas alternativas, porque si realmente puedes integrar a las personas, no utilices las medidas alternativas.
A veces nos critican diciendo que los CEE no hemos hecho el trabajo de integración para que los trabajadores pasen al mercado ordinario, que era uno de nuestros fines. Nosotros nunca nos hemos opuesto a que un trabajador nuestro acceda al mercado ordinario, al contrario, sobre todo en los CEE de Feacem, trabajamos para integrarlos en el mercado ordinario, el problema es que en una situación como la actual, en la que llevamos viviendo en la última década, difícilmente nuestra gente va a tener esa salida.
Tenemos que poner en su justa medida el tratamiento que se les da a los CEE en cuanto a la inserción laboral en el mercado ordinario.
Los números no mienten y evidencian que los CEE crean valor social y riqueza y, de hecho, no sólo son uno de uno de los principales empleadores del país con más de 72.000 trabajadores en total, sino que de ellos 64.000 pertenecen a uno de los sectores sociales con mayores dificultades para encontrar trabajo: las personas con discapacidad. ¿Qué le pide al Gobierno, a la sociedad con este balance tan positivo para ampliarlo aún más?
En las negociaciones con el Gobierno solicitamos una nueva ley general de empleo para las personas con discapacidad porque la necesitamos, que recoja todas las realidades, que recoja cómo tiene que estar regulado el acceso a la función pública de las personas con discapacidad, donde se recoja en la ley de contratos a la hora de contratar productos y servicios de empresas, una cuota para CEE que permita poder ser competitivo ante la Administración pública también. Creemos también que es necesario que la Administración sea más diligente a la hora de ejecutar su normativa y que se potencie la creación de empleo y que se permita, cuando un CEE está caduco, una reindustrialización, entrar en nuevos sectores… hay una serie de necesidades que se tienen que llevar a la práctica, una ley de empleo que regule cómo se va a gestionar la formación, la intermediación laboral, el empleo con apoyo… ha llegado el momento de modernizar este sector y modernizar no quiere decir perder derechos. Estamos dispuestos a modernizarnos pero como mínimo manteniendo los derechos actuales y si es posible mejorarlos.
Entre las distintas discapacidades, ciertamente hay algunas que tienen más dificultad que otras para su inclusión laboral y social. Me refiero a la intelectual y, especialmente, por el estigma, la enfermedad mental. ¿Cómo se abordan o se cuidan desde Feacem la inclusión laboral de las personas con estos dos tipos de discapacidad?
Como CEE gestionados por la iniciativa social tenemos que defender a la discapacidad y sobre todo a la que más dificultades tienen, por lo tanto se tienen que poner encima de la mesa medidas de discriminación positiva para esos colectivos que más dificultades tienen. Feacem es muy heterogénea y existen todo tipo de discapacidades con situaciones muy distintas, como puede ser para quienes viven en el ámbito rural, y todo eso tenemos que ser capaces de regularizarlos e incorporar a cada uno de los sectores que tienen dificultad.
¿Cómo conviven los CEE de Feacem, de iniciativa social, con los CEE de iniciativa privada?
Todo empleo que se cree para personas con discapacidad en un CEE, si es digno y de calidad y está adaptado el puesto de trabajo a la persona, y no la persona al puesto, no tenemos nada en contra. Lo que sí decimos es que en estos momentos de difícil situación, si ha habido alguien que se ha arremangado para mantener los puestos de trabajo, han sido las entidades sociales, que son las que han mantenido esos puestos de trabajo incluso en el caso de que no fueran tan rentables económicamente.
También decimos que cuando tienes una empresa donde el cien por cien de la participación es de iniciativa social y sabes que jamás se repartirán dividendos porque lo que se hace es crear más empleo, crear más líneas de negocio, mejorar las infraestructuras, mejorar las condiciones de trabajo… eso también tiene que ser reconocido. Por lo tanto, no decimos que no existan otros CEE, pero siempre en las condiciones que estimamos mínimas.
Existe una tendencia cada vez más presente en el mundo de la discapacidad de unirse y reforzar el tejido de la sociedad civil en cualquiera de sus vertientes, ¿también en el empleo protegido?
Es que la propia globalización del mercado te lleva a eso y nosotros no podemos quedarnos atrás. Tenemos un problema y es que los recursos que tenemos sobre todo las empresas de iniciativa social son muy limitados y no podemos plantearnos cambios bruscos de líneas de negocios en estrategias porque supone mucho sacrificio y esfuerzo y requiere el apoyo de instituciones. Y tenemos que hacerlo de manera tranquila y muy eficiente.
Al final se trata de que los CEE sean productivos, mejoren sus niveles de negocio y se conozcan entre sí. Tenemos que conocer a qué sectores nos dedicamos todos y así mañana probablemente tengamos más posibilidades de llegar a ofrecer a la Administración pública paquetes importantes de contratación a CEE, si hay una reserva específica. Y podríamos llegar, mediante agrupaciones de interés económico, a fusionar diferentes CEE para ser mucho más competitivos.
Además, tenemos que dar un paso, un salto de RSC con empresas, aunque seamos CEE, donde afloren nuestras cuentas, que seamos muy transparentes y cristalinos, que la ciudadanía y las instituciones vean que es verdad que por cada euro que recibimos, aportamos 1,40 euros. Ese dato es para nosotros muy significativo, porque no somos un sector receptor de fondos públicos, somos un sector generador de riqueza para este país. Si las 2.000 empresas que están en CEE, con los más de 65.000 trabajadores con discapacidad, que sumados a los que no tienen discapacidad son más de 80.000 trabajadores, fuéramos una única empresa, estaríamos en el Ibex35, entre las mayores empresas de este país. A nosotros no se nos tiene que ver como satélites puntuales, somos más, y eso sumado a que no hay nadie en este país que dé trabajo, en el espacio de los CEE, 65.000 personas con discapacidad.
Estamos de acuerdo que el empleo tiene que crearse también en el mercado ordinario, pero no rompamos algo que funciona bien para crear algo que no sabemos cómo va a ser su funcionamiento.
Los CEE no son guetos para personas con discapacidad porque un 30 por ciento de esos empleados no tienen discapacidad. No tenemos inconveniente además, con una nueva ley de empleo, en que se integran en los CEE otros sectores en riesgo de exclusión, como mujeres, mayores de 45 años, inmigrantes, ex reclusos… pero las cosas hay que hacerlas con cabeza y siempre para mejorar.